234. Los puntos son mi ultima realidad, la más extensa y la más difícil de asimilar.
235. Los puntos.
236. -Los 666 puntos. Los puntos, como expresión de una realidad que construye una maquina donde es posible construir y destruir.
237. Los puntos dentro del modelo son 666.
238. Al necesitar cada uno de ellos del concurso de otros tres, nos encontramos con la descripción necesaria de una realidad espiralada, de una doble espiral en direcciones contrarias con 2664 formas o puntos. más otros 2664
239. Será una realidad numerología la que nos acerque a este criterio de organización.
240. ESTAMOS HABLANDO DE UNA ESPIRAL QUE TIENE SU DOBLE INTANGIBLE EN UN UNIVERSO PARALELO AL NUESTRO QUE FUNCIONA COMO ANTIFORMA Y ANTIMATERIA, EN EL FONDO EL OPUESTO DE TODO LO QUE EXISTE QUE ES
241. SIN EL CRITERIO DE
242. El centro de la hiperesfera que es el todo, está en la nada y viceversa.
243. Es el número y las posibles organizaciones de éste lo que nos permitirá una ordenación de las formas, una serie de correspondencias numerológicas, dentro de las variaciones del número 1, porque el resto de variaciones serían secundarias a esta explicitación.
244. Solo hemos trabajado como formas, las variaciones del número uno, y aquí tomamos esto como el principio de toda nuestra química y por lo tanto de toda nuestra manifestación material.
245. Las variaciones numerológicas del uno, son el principio de las cadenas metabólicas.
246. Si tenemos las formas que corresponden al principio de las cadenas metabólicas, es como decir que tenemos el origen de las alteraciones.
247. Si queremos deducir de aquí criterios terapéuticos, a mí me parece bien, pero conviene aclarar que este modelo no se construyó con está dirección.
248. Nunca se direccionó este modelo hacia la enfermedad.
249. Nunca se pretendió que este modelo energético fuera terapéutico, a mí la enfermedad me trae sin cuidado, fueron las circunstancias las que hicieron el posterior desarrollo en terrenos de la medicina.
250. El encuentro con la posibilidad curativa de las formas fue muy posterior a su desarrollo y ajeno a la voluntad del que escribe.
251. Yo no quiero curar a nadie de nada y si atendemos a lo que es la medicina natural, al que dios se lo dio, san Pedro se lo bendiga.
252. Yo no quiero curar a nadie de nada.
253. Yo no quiero curar a nadie de nada, pero sucedió que la salud propia y la de algunos, muy pocos amigos, obligó en un momento determinado a que este desarrollo de cara a la enfermedad tomara cuerpo de delito. Desde entonces y por exigencias del guión, (el guión de la enfermedad) problemas sin fin. Los enfermos y en ellos me incluyo somos lo peor de la especie, y se comprende que dedicarle tiempo a lo peor de algo es terrible.
254. A mí los seres humanos, incluido el que escribe, me parecen un saco de mierda de proporciones inverosímiles.
255. Que nadie busque ni un pequeño trozo de piedad o de humanismo cristiano y del otro en el que escribe, a mí los seres humanos me parecen un saco de mierda de proporciones inverosímiles, los enfermos y los que se dicen sanos que son los que no tiene ningún remedio.
256. Yo no creé este modelo (o trascribí al dictado) este modelo para beneficio de nadie, simplemente no sé lo que hacer y a veces escribo.
257. Tampoco entiendo porque se me ocurren estas cosas y no otras y mi día transcurren en un infinito ir y venir del miedo a la desesperación.
258. Cada vez que me duermo lo hago con la esperanza infinita, esperanza de no despertarme, pero algo yo no sé quien, ni como, ni cuando, me despierta, empieza así un nuevo día, en el que la perplejidad, del primer acto marca la desorientación permanente del que escribe. A mí me falla todo, la muerte también.
259. Yo sé porqué me duermo, para morirme en paz, pero no sé porque me despierto un día y otro día, debe ser que todavía tengo que escribir aquello en lo que no creo y aquello que vivo como ajeno.
260. No registro en mi persona ningún sentimiento de preocupación por el otro.
261. No registro en mi persona ningún sentimiento de preocupación hacia el otro.
262. No registro en mi persona ninguna tendencia ni parecida, ni igual, ni semejante a lo que los cristianos llaman, la preocupación por el otro, a mí la especie humana me trae sin cuidado, y lo que le pase a los humanos, lo único que me genera es mala leche.
263. Me consta que los discursos que hago, pueden ser fácilmente confundidos con los de alguna secta, fundamentalmente con la de los cristianos que se han apoderado de todas las palabras.
264. Aquí hablamos de dios, pero no del dios de los cristianos, aquí hablamos de cosas universales, de las cuales nadie tiene la exclusiva.
265. Digo esto porque los discursos que hago pueden ser fácilmente confundidos o tomados por alguna secta, para su utilización o beneficio.
266. Que no se confunda esto con los escritos llamados humanistas. Aquí no hay ninguna preocupación por la humanidad, por otro lado inexistente como conducta.
267. Todo lo escrito es ajeno a mi voluntad y no reconozco proceso intencional en lo escrito, lo cual no impide que sea responsable de ello.
268. Que nadie me pida explicaciones, porque lo escrito es ajeno a mi voluntad, es una parte de mí la que desarrolla estas barbaridades.
269. El que escribe necesitó, de todo esto para su estar en el mundo, desarrolló lo escrito ajeno a su voluntad y fue tomado por estos discursos en contra de su persona, es una parte de mí la que escribe y yo no reconozco participación voluntaria en esta parte.
270. Que nadie así me mire como si mi intención hubiera sido facilitar el camino a nadie, o hacérselo más difícil, entre otras cosas porque no hay camino.
271. Estos escritos al hablar de dios, no pretenden entroncar con ninguna religión.
272. Que nadie piense de estos escritos que son religiosos, o que tienen algo que ver con toda la mierda institucional de las religiones o de las organizaciones sociales al uso.
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